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“Si no le damos cigarrillos, se enfada, grita y se golpea la cabeza contra las paredes”, asegura Diana, su madre.
Sus progenitores aseguran que, sin tabaco, el niño, que apenas puede andar y jugar con otros menores, dice sentirse mareado y enfermo.
Ardi Rizal comenzó a fumar a los 18 meses a instancias de su padre, Mohamed, en el pueblo pesquero de Musi Banyuasin, en la Isla de Sumatra, Indonesia.
Dijo que no le da importancia a las críticas porque considera que su hijo está sano y que su salud no está en riesgo, durante una entrevista con el periódico británico The Daily Mail.
“No estoy preocupado por su salud, se ve sano”, enfatizó.
Recientemente, otro indonesio de cuatro años alcanzó cierta notoriedad al aparecer en un video en internet fumando y profiriendo obscenidades.
Indonesia, la cuarta nación más poblada del planeta, es el tercer mayor consumidor de tabaco por detrás de China y la India, y su población de adictos crece rápidamente entre los menores por la falta de regulación al respecto. Su padre lo convirtió en un adicto a la nicotina. Fuma dos paquetes de tabaco al día, y si no, se enfurece y se golpea contra las paredes Se fuma 40 cigarros diario: tiene dos años Indonesia
“Llora y se enoja cuando no lo queremos dejar fumar. Es adicto”, agregó su padre.
Los medios internacionales recuerdan que Ardi forma parte de una tendencia preocupante en Indonesia. Según datos de la Agencia Central de Estadísticas, al menos 25 por ciento de los niños de tres a 15 años han fumado al menos una vez un cigarro. 3.2 por ciento de estos son considerados como fumadores activos, adictos a esta droga.
El porcentaje de los fumadores de cinco a nueve años también le hace brillar los ojos a las tabacaleras y a sus departamentos de mercadotecnia: los adictos al cigarro de esta edad pasaron de 0.4 por ciento en 2001, a 2.8 por ciento en 2004.
Un reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 200 mil indonesios mueren cada año por enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
El riesgo de morir de Ardi es más elevado, ya que además de su adicción al cigarro, sufre de obesidad infantil. A sus dos años, pesa 25 kilos.
Su peso no le permite caminar solo y para desplazarse, usa un coche de juguete o un triciclo.
Numerosos medios europeos y asiáticos publicaron esa nota ayer y expresaron indignación.
En entrevista con el The Sydney Morning Herald, el profesor de Salud Pública de la Universidad de Sydney, Simon Chapman, expresó que Indonesia es considerada internacionalmente como un caso perdido en materia de control del tabaco.
“Indonesia está considerada como el paraíso de los fumadores. Numerosas multinacionales del tabaco abrieron recientemente grandes empresas financieras en Indonesia”, recordó Chapman.