La trágica muerte de una turista
cristiana de Sudáfrica, quien murió la semana pasada a causa de una reacción
alérgica grave, trajo una nueva vida a por lo menos cuatro israelíes.
Tres días después de que Lydia
Labuschagne, llegó a Israel en una gira de 10 días , sin saberlo, se comió un
plato con una salsa de sésamo a la que ella era mortalmente alérgica.
Unos amigos que estaban cenando con
Labuschagne, dijeron que ella tomó inmediatamente los antídotos que siempre
llevaba con ella antes de ser trasladada a la unidad de cuidados intensivos del
Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalén, donde los médicos lucharon
desesperadamente para salvar su vida.
Los padres y el hermano de Lydia
viajaron desde Sudáfrica para estar a su lado y locales creyentes se unieron a
ellos en la oración por ella. Después de tres días, ella se fue a casa para
estar con el Señor.
Su familia decidió que ella hubiera
querido donar sus órganos para salvar a otros y eso es exactamente lo que
hicieron.
Los médicos dicen que su hígado salvó
la vida de Miri Avrahami, una madre de tres que tiene 33 años, que habría
muerto sin un trasplante inmediato.
"No habría habido nada que nos
quedara por hacer. Ella no hubiera sobrevivido", dijo el Eitan Mor,
director del departamento de trasplante de órganos de "Rabin Medical
Center".
"Gracias a su hermana, es que
estoy viva. Es un milagro", indicó Avrahami al hermano de Lydia, Nick.
"Mi hermana realmente hubiera
querido que esto sucediera", dijo Nick. "Mi hermana, básicamente
vivía como un ángel y ella querría hacer lo que hizo Jesús, es decir, ayudar a
la gente y salvar vidas."
Los pulmones de Lydia fueron donados a
un hombre de 40 años con fibrosis quística.
Y sus córneas salvaron la visión de un
hombre y una mujer jóvenes, los cuales sufren de una enfermedad que causa la
ceguera mediante la deformación de la córnea.
Fuente: www.MundoCristiano.tv