El padre de uno de los sobrevivientes
a la explosión ocurrida en la planta de Petróleos Mexicanos (Pemex), agradece a
Dios el hecho de que su hijo esté vivo y en recuperación.
Fernando Luna, dijo: “agradezco a Dios
porque está vivo. Su compañera que se sentaba a la par de él murió. El
sobrevivió y por eso puedo platicar en estos momentos”, comentó en relación a
su hijo Natán Abel Luna González. Ellos son miembros de la Iglesia
Presbiteriana Sion.
Colaboradores de Pemex y miembros de
diversas iglesias se reúnen cada día para orar a Dios dentro de las instalaciones
de Pemex, desde antes de la explosión.
Luna González quien tiene 28 años de
trabajar con empresa estatal resultó con heridas en su cabeza, pelvis y
costillas, luego de la trágica explosión ocurrida la semana anterior.
Durante la explosión murieron 37
personas y decenas resultaron heridas. El hecho fue causado por una chispa
eléctrica o alguna fuente de calor que hizo estallar una acumulación de gas,
informó el procurador general de México.
"Hemos podido determinar que la
explosión fue causada por una acumulación de gas en los sótanos del
edificio", aseguró el lunes por la noche el procurador Jesús Murillo
Karam, quien aclaró que todavía se desconoce el origen de la fuga del fluido.
Murillo Karam dijo que los investigadores
revisan los registros de inspección del edificio para determinar por qué
Petróleos Mexicanos no había descubierto la acumulación de gas. Como empresa
estatal, Pemex es responsable de inspeccionar sus propios edificios.
El funcionario dijo que la investigación
realizada por expertos de México, España, Estados Unidos y Gran Bretaña del
estallido del jueves pasado, el peor desastre de la compañía en una década, no
encontró evidencias de explosivos.
El estallido derrumbó los primeros
pisos de un edificio administrativo de Pemex en la ciudad de México, colindante
de la emblemática Torre Ejecutiva de Pemex, el segundo rascacielos más grande
del país y que no sufrió daños graves.
El procurador explicó en rueda de
prensa que los especialistas creen que una chispa o alguna fuente de calor
detonó el gas acumulado.
Agregó que con la excepción de tres
víctimas, ninguno de los fallecidos tenía marcas de quemaduras o tímpanos
dañados, que son pruebas típicas de una bomba. Tampoco había indicios de un
cráter o de una fractura de las vigas de acero del edificio, que también son
comunes en la detonación de un artefacto explosivo.
Murillo Karam dijo que las autoridades
aún no han hallado la fuente del gas, que según las primeras investigaciones
fue metano que escapó de una tubería o túnel debajo del edificio o conectados
con éste. También es posible, dijo, que la acumulación haya provenido del sistema
de drenaje.
Fuente: Mundo Cristiano / AP