
Los indígenas volvieron a reunirse hoy en inmediaciones de la sede legislativa, en el centro norte de la capital, luego de que fueron desalojados anoche por la policía cuando intentaban tomar las instalaciones.
Tras el desalojo, la dirigencia indígena decidió intensificar su protesta para tratar de incluir sus criterios en el debate, ya que considera que la ley es "privatizadora", lo cual fue negado por el gobierno.
"Desde hoy estamos movilizando a nivel de las provincias con el fin de avanzar hasta Quito para decir que estamos presentes, que no somos cuatro personas, somos muchos con el fin de luchar una ley democrática", afirmó el presidente de la Federación de Indígenas Evangélicos, Manuel Chugchilán.
El presidente del congreso, Fernando Cordero, pidió calma al sector y se comprometió a "construir una ley de aguas que responda a los intereses de todos y todas, sin presiones ni imposiciones de ninguna clase".
La comisión de Soberanía Alimentaria, a cargo de la norma, presentó un informe de mayoría y tres de minoría para el segundo debate, que es definitivo y se retoma mañana.