sábado, 6 de marzo de 2010

Orar juntos en España, es orar en 3D

Madrid, España.- Hoy sábado 6 de marzo, miles de cristianos evangélicos acudirán a alguno de los 30 puntos de reunión preparados para orar por nuestro país, bajo el lema "España oramos por ti".

A diferencia de otros años, no habrá un solo punto de concentración para todas las iglesias (hasta ahora se había celebrado junto al Estadio Santiago Bernabéu, en Madrid), porque se pretende aumentar la participación, a la vez que reducir gastos de desplazamiento, diversificando los lugares de reunión a nivel autonómico. Aún así, todo está sincronizado para que, a pesar de la distancia física, se mantenga el sentido de "acto unido".

Así, entre las 19:00 y las 21:00 hs (18:00 a 20:00 hs en Canarias), desde los cuatro puntos cardinales de España se elevará un clamor unido por idénticos motivos y en el mismo orden, en todo el país. Y, para afirmar aún más esa conciencia de unidad, en cada lugar de reunión se podrán ver - en pantallas gigantes - cinco intervenciones especiales emitidas en directo, a través de internet.

Un gran esfuerzo de organización que, a mi juicio, merece un especial reconocimiento para los impulsores de esta iniciativa que, después de tres convocatorias anuales consecutivas, han conseguido situar esta cita, de forma destacada, entre las pocas oportunidades que los evangélicos españoles tenemos para hacer algo juntos.

Más que unidos: "juntos"

Juntos, sí, porque de eso se trata. No simplemente "unidos", una palabra que muchas veces hemos vaciado de contenido para guardar en ella nuestras innegociables diferencias. Ya se sabe, podemos manifestarnos "unidos en Cristo", aunque no tengamos ninguna voluntad de hacer nada "juntos", con aquellos "hermanos" que no se ajustan a nuestros patrones doctrinales, litúrgicos o, simplemente, culturales.

Gracias a Dios eso está cambiando. La misma FEREDE es un ejemplo de ello. Un espacio que los evangélicos españoles estamos edificando, con la ayuda de Dios y con grandes dosis de generosidad y respeto mutuo, para poder construir juntos - no simplemente "unidos en el Espíritu" - el arduo camino hacia la plena libertad y la normalización religiosa.

Con el tiempo nacería también Diaconía, cuyo lema "sirviendo juntos" expresa la vocación fraterna que, poco a poco, se va imponiendo sobre muchas de nuestras diferencias. Así estamos descubriendo que, entre otras cosas, podemos coordinar una acción social más eficaz, si lo hacemos juntos. La Plataforma Evangélica para Situaciones de Emergencia (PESE) - que acaba de reunir 200 mil euros para los damnificados de Haití - es otra feliz muestra de ello.

Juntarnos "simplemente" para orar

Pero en otras áreas no nos ha sido tan fácil juntarnos. Los esfuerzos conjuntos para la evangelización - aunque encomiables - han sido todavía muy modestos. Y hasta la aparición, hace tres años, de "España oramos por ti", pocas oportunidades teníamos para juntarnos "simplemente" a orar.

No es que no lo hiciéramos particularmente, como un hermano se preguntaba: "Nosotros siempre oramos por España en nuestras iglesias, ¿cuál es la necesidad de hacerlo juntos en una concentración multitudinaria?". Se me ocurren varias respuestas a esa pregunta, pero mencionaré la que, en lo personal, ha sido para mí la experiencia más reveladora en estos encuentros: orar en medio de una multitud de hermanos, de distintos orígenes sociales, culturales o étnicos, que expresan su devoción a Dios y sus emociones de formas diferentes, pero con el mismo amor y la misma fe, es una experiencia sobrecogedora que le da a la expresión "Padre nuestro" una dimensión mucho más profunda y universal.

Haciendo una comparación tecnológica - con las salvedades propias de todas las comparaciones - diría que, orar en medio de una multitud de hermanos diferentes, es orar "en 3D". ¡Esa es la sensación! Es orar con una conciencia "tridimensional" de pertenencia al Cuerpo de Cristo, y un anticipo del cielo. Me hace bien escuchar un "¡Amén!" o un "¡Gloria a Dios!" a mi lado, a mis espaldas, desde los altavoces... "Padre nuestro...", suena más real, más "envolvente", si cabe. No es un simple "¡Dios mío!". Es mucho más "corporativo".

Orden sí, pero el de la armonía

Conocida es la afirmación del Salmo 133: "Mirad cuan bueno y cuan delicioso es, habitar los hermanos juntos y en armonía... porque allí envía el Señor bendición y vida eterna".

Soy partidario del orden, pero me gusta más el orden de la armonía, que el de la uniformidad. El diccionario de la RAE define "armonía" como: "Unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes". Eso significa que la armonía no puede darse nunca en la uniformidad o en lo monocorde. Dicho en positivo: en las únicas condiciones en las que puede manifestarse la armonía de la que habla el salmista, es cuando hermanos "diferentes" habitan (oran, trabajan...) juntos.

Por esa razón nunca pierdo una ocasión de participar en "eventos unidos". Por esa razón no me perdería por nada esta oportunidad de orar junto a cientos de hermanos en la convocatoria de mañana en Madrid, en el auditorio de la Asociación Betel.

Por eso y... porque creo que España necesita MUCHO de las oraciones del pueblo de Dios. Pero en esto no necesito extenderme. Creo que allí todos estamos de acuerdo. ¿No es así?
Fuente: Ferede
Autor: Jorge Fernández