Ciudad de México.- La Secretaría de Comunicación Social de Iglesias Cristianas Evangélicas en México (SECOSICE) señaló que la descomposición del tejido social no responde sólo a las decisiones de gobierno y la solución no recae sólo en las estrategias anticrimen, aseguró que la violencia en el país ha llegado a límites dramáticos y preocupantes, particularmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Torreón, Coahuila, donde se registraron en las últimas semanas asesinatos de jóvenes.El organismo religioso mencionó que el narcotráfico y el crimen organizado han sido "la insistente realidad que destroza el tejido social en estas ciudades, a tal grado que la violencia entre pandillas juveniles se ha extendido hasta ocasionar actos de barbarie".
Secosice destacó que el presidente Felipe Calderón aseveró que su gobierno responde sin titubeos a las solicitudes de apoyo por la violencia y que existe un plan y una estrategia. Sin embargo, recientemente se integró un nuevo elemento que es "pieza clave para contrarrestar paulatinamente este infierno que se vive acentuadamente en el norte del país", y es el de actuar en todos los frentes.
El director de Secosice, el Rev. Fernando Marcín recordó que "hoy por hoy las decenas de millares de muertes nos advierten que en México hay más víctimas que criminales".
En México, añadió, la violencia afecta la vida de personas inocentes, al trastornar su cultura, tradiciones y anhelo de paz y progreso, por lo que son urgentes programas globales de prevención criminal que vayan desde la moral y la religión hasta el civismo. Secosice advirtió que falta un apoyo sólido a las opciones laborales entre los jóvenes para evitar presionas económicas que los orillen a la delincuencia.
