viernes, 12 de febrero de 2010

Reforma de Estado laico acota la libertad religiosa de los ciudadanos: Arquidiócesis

Ciudad de México.- Con ello “avanza en México la intolerancia, el acotamiento a las garantías de libre credo y de reunión, y sobre todo a la libertad de expresión, consagradas en la Carta Magna”, consideró el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero.

La reforma recién aprobada por la Cámara de Diputados no tiene como fin defender el Estado Laico, sino acotar la libertad religiosa de los ciudadanos.

“Las verdaderas intenciones de esta reforma, que parece inofensiva, no ha tardado en quedar al descubierto cuando diputados del Partido de la Revolución Democrática han externado su verdadero objetivo de acallar y amordazar la voz de la Iglesia y de los ministros de culto en general”, afirmó el vocero de la Arquidiócesis de México Hugo Valdemar Romero.

Es de lamentar que esta reforma al artículo 40 de la Constitución Mexicana no haya sido acompañada de un reconocimiento del respeto pleno a la libertad religiosa, compromiso incumplido por México con la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, puntualizó.

Con esta reforma, consideró el vocero “avanza en México la intolerancia, el acotamiento a las garantías de libre credo y de reunión, y sobre todo a la libertad de expresión, consagradas en la Carta Magna”.

El Estado Laico en México, indicó hace tiempo que está firmemente consolidado. “Nadie discute la conveniente y saludable separación de las esferas propias de la Iglesia y el Estado, pero sí es cuestionable que se entienda por laico una actitud irracionalmente antirreligiosa, específicamente anticatólica, que pretende regular y someter a la Iglesia en lo concerniente a su misión evangelizadora y social”.

La Arquidiócesis de México, lamentó ésta incompleta reforma constitucional, así como el hecho de que algunos diputados de Acción Nacional hayan renunciado a la histórica defensa de su partido por apuntalar las libertades a las que tiene derecho todo hombre y a la construcción democrática, al apoyar esta concepción negativa de un Estado Laico, que sin duda promoverá la intolerancia religiosa y el acotamiento de la libertad, con lo que se irá en detrimento de los derechos humanos de los creyentes y de los ministros de culto.
Fuente: Milenio Diario
Escribe: Eugenia Jiménez