Muchas iglesias en Estados Unidos y Latinoamérica siguen tratando de enviar equipos de misioneros a Haití. Pero expertos en ayuda humanitaria advierten que, por ahora, deberían permanecer en casa.Desde su arribo a Haití, muchos trabajadores humanitarios han vivido un caos en el aeropuerto de Puerto Príncipe, durmiendo en el suelo y sin comidas calientes o servicios sanitarios.
En la ciudad la ayuda que llega hace que la infraestructura se sature pero los recursos siguen siendo escasos.
Bill Horan, presidente de Operación Bendición, estuvo de paso por Haití. El asegura que “la seguridad es un tema, no hay buen lugar donde estar, no hay suficiente comida, el agua limpia es escasa y es mejor que lo recursos disponibles sean consumidos por la gente de Haití y no por gente que viene de otros países”.
Según Horan cuando se llega al lugar no hay donde quedarse y aunque la persona conozca alguién en alguna iglesia podría convertirse en una carga que consuma pocos recursos. “Tal vez en unos pocos meses sería una gran idea venir, pero por ahora no es buena idea”.
Por otra parte, tras el arresto de un grupo de misioneros que intentaban trasladar niños haitianos hacia la frontera con la República Dominicana, aumentó la preocupación con respecto al tráfico humano.
Además de esto, elementos criminales han tomado ventaja de la desorganización que reina en la capital.
John Schafer, coordinador de seguridad de “Interacción” - una agencia de la ONU- confirma que la situación de seguridad es muy difícil pues quienes cometen actos criminales se han reorganizado. “Probablemente veas en cada esquina a alguien con un teléfono celular; están enfocándose en la gente más vulnerable. Hay muchos niños vulnerables en las calles, muchos puede que no tengan familiares con ellos o se quedan con tíos y tías. Hacemos lo mejor que podemos para mantener la paz aquí”.
La escasez de recursos, infraestructura y seguridad hacen que este sea un mal momento para traer misioneros a Haití. Bill Horan dice que aún así siempre hay formas de ayudar en la recuperación del país.
“Hay dos formas de ayudar: una es orar por la gente de Haití y orar por los trabajadores humanitarios que están aquí, por su salud y seguridad. Y la segunda es recoger dinero y enviarlo a una organización que ya esté trabajando aquí”.
Fuente: MundoCristiano